IMPORTANCIA DE LAS ENZIMAS EN LA INDUSTRIA
La importancia de las enzimas para la ciencia de los
alimentos esta determinada por las condiciones que prevalecen en el interior y
en el exterior del producto. Para regular la actividad enzimática durante la
conservación y procesado, es necesario controlar tales condiciones.
Temperatura
En general las enzimas operan muy lentamente a temperaturas
de coagulación y su actividad aumenta cuando lo hace la temperatura .
La mayor parte de las enzimas presentan su actividad máxima
en el intervalo de 30 a 40 °C y por encima de 45°C comienzan a
desnaturalizarse.
La inactivación de las enzimas por el calor esta relacionada
con la química de las proteínas y su desnaturalización térmica .
La desnaturalización de una proteínas se ha definido como:
“Un cambio de importancia en la estructura original, sin
rotura de ninguno de los enlaces químicos primarios que unen entre sí a los
aminoácidos “
El término inactivación de una enzima se refiere a la
pérdida de la actividad.
El tratamiento térmico de los alimentos suele tener como
objetivo la inactivación de las enzimas de manera enzimas irreversiblemente.
DESNATURALIZACIÓN
La mayoría de las enzimas se desnaturalizan fácilmente por
el calor; a temperaturas de 70 y 80 °C se impide la actividad enzimático.
De aquí que se conserven mejor los alimentos cocinados que
los crudos.
Por ejemplo: de continuar la presencia de enzimas en un
alimento lo que tendríamos es cambios en la clorofila o en los carotenos o una
modificación en el sabor de las grasas( rancidez) o un cambio en el valor
nutritivo de las proteínas o vitaminas o simplemente una modificación en la
textura de los alimentos.
El calentamiento es un método conveniente para destruir a
los microorganismos de los alimentos de aquí que con el mismo procedimiento se
logran dos objetivos diferentes
1- La preservación microbiológica
2- La estabilización enzimático de los alimentos
(inactivación enzimático).
Sin embargo se dan casos en que las enzimas después del
calentamiento se regeneran .
La in activación térmica se basa a la pérdida de la
estructura y por tanto de los sitios activos.
La regeneración se debería, entonces a un proceso de
reorganización de la molécula de proteína que conduce a la restauración de los
sitios activos
La estabilidad de los alimentos frente a la acción
enzimática depende de la temperatura, pH, del estado físico de la enzima.
Conservación por frío
La principal razón por la que los alimentos se exponen a
bajas temperaturas , especialmente los productos congelados, es la de evitar el
crecimiento de microorganismos manteniendo en lo posible atributos de calidad
del alimento así como una perdida parcial de la actividad enzimática.
Algunas enzimas se desnaturalizan en un grado significativo
durante la congelación y descongelación muchas otras no se ven afectadas.
Un mayor descenso en la temperatura da como resultado una
reducción de la actividad enzimático.
Efecto del pH
Los pH extremos suelen inactivar a las enzimas por lo
general, las enzimas presentan una máxima actividad a un valor determinado de
pH, al que se le denomina “pH óptimo”.
La mayor parte de las enzimas presentan su actividad máxima
a pH entre (4,5- .
Existen, sin embargo , enzimas con un pH óptimo extremo ,
como la pepsina , que presenta tiene un pH de 1,8 o la arginasa cuyo pH es de
10.
A pHs extremos, la actividad enzimática suele decaer
irreversiblemente debido a procesos de desnaturalización proteica.
En un proceso industrial , el pH puede ser controlado para
evitar inhibir o potenciar al máximo una reacción enzimática. Por ejemplo puede
impedirse la actividad de la fenolasa reduciendo el pH del sistema por debajo
de tres. En los frutos suele conseguirse esto por el efecto de acidificantes
naturales , como el ácido cítrico, málico o fosfórico.
Al comprobar experimentalmente la influencia del pH en la
velocidad de las reacciones enzimáticas se obtienen curvas que indican que los
enzimas presentan un pH óptimo de actividad. El pH puede afectar de varias
maneras:
1) El centro activo puede contener aminoácidos con grupos
ionizados que pueden variar con el pH.
2) La ionización de aminoácidos que no están en el centro
activo puede provocar modificaciones en la conformación de la enzima.
3) El sustrato puede verse afectado por las variaciones del
pH.
Algunos enzimas presentan variaciones peculiares. La pepsina
del estómago, presenta un óptimo a pH=2, y la fosfatasa alcalina del intestino
en pH= 12
Los pH extremos suelen inactivar a las enzimas por lo
general, las enzimas presentan una máxima actividad a un valor determinado de
pH al que denominamos pH óptimo.
La mayor parte de las enzimas presentan actividad máxima a
intervalo de pH de 4.5 – 8.0
Tipos de enzimas digestivas
Existen más de 20 enzimas diferentes que permiten la
digestión de los alimentos y la asimilación de los nutrientes a lo largo del
sistema digestivo.
La mayor parte se forman en el interior de células presentes
en la boca, el estómago, el páncreas y el intestino delgado, es decir, a lo
largo del tubo digestivo y en glándulas anejas. Los tres grupos principales de
enzimas son los siguientes:
Proteolíticas: Descomponen las proteínas en sus fracciones
más simples, los aminoácidos.
Lipasas: Son las enzimas que disgregan las grasas o lípidos
en sus componentes más simples para que estos puedan ser utilizados.
Amilasas: Son necesarias para la digestión y el aprovechamiento
de los hidratos de carbono.
¿Y si no se producen
suficientes?
Cuando el organismo no produce en cantidad adecuada ciertas
enzimas digestivas, se producen unas consecuencias concretas y conocidas:
1.- La digestión de los nutrientes no es completa y, en
consecuencia, puede producirse una carencia o déficit nutricional, al margen de
que la
dieta aporte teóricamente lo que el organismo necesita.
2.- Puesto que los alimentos sólo se digieren parcialmente,
las bacterias que pueblan nuestro intestino realizan procesos de fermentación,
y los alimentos a medio digerir sufren además reacciones de putrefacción, lo
que se asocia a hinchazón, gases, malestar, pesadez, y a una acumulac
ión de productos tóxicos que pueden pasar al torrente
sanguíneo, dando un trabajo extra a los sistemas de eliminación de deshechos
del organismo.
3.- La carencia de enzimas también se relaciona con ciertos
problemas de piel, fatiga, dolores musculares o articulares e incluso con
alergias e intolerancia de origen alimentario.
En nuestra dieta hay alimentos que son fuente de enzimas
digestivas; en particular las hortalizas, los germinados -brotes de soja, de
alfalfa,
etc.-, ciertos alimentos fermentados como el miso y las
frutas frescas de consumo en crudo. No obstante, cuando se produce la carencia
significativa de enzimas es preciso recurrir a preparados especiales que ayuden
a la digestión, además de cuidar la dieta para poder gozar de una buena salud.
Los preparados enzimáticos suelen incluir enzimas digestivas
proteolíticas como la bromelina o bromelaína y la papa
ína, extraídos de la piña y de la papaya respectivamente.
Así mismo hay preparados específicos de lactasa, enzima que descompone la
lactosa de la leche en sus componentes más simples: la glucosa y la galactosa.
Muchos de los preparados que se comercializan hoy día incorporan además de los
enzimas descritos, otros enzimas similares a los que produce el páncreas
-proteolíticas, lipasas y amilasas-, así como antioxidantes y aminoácidos.
La deficiencia de enzimas puede emperorar algunos padecimientos:
- Amilasa: cambios de humor, fatiga, alergias, depresión
- Proteasa: cándida, gingivitis, insomnio
- Lipasa: acné, psoriasis
- Combinación de las anteriores: fatiga crónica, alergias, frecuentes resfriados
La única manera de recibir las enzimas es a través de los alimentos, preferiblemente frutas y vegetales crudos o cocinados al vapor por corto tiempo y los jugos de frutas y vegetales en su forma natural.
Las enzimas tomadas como suplemento son destruidas en el estómago y el intestino delgado, digeridas como cualquier otra proteína. La única excepción a esas son las enzimas digestivas indicadas a veces a personas con problemas de la digestión.
Las enzimas tomadas como suplemento son destruidas en el estómago y el intestino delgado, digeridas como cualquier otra proteína. La única excepción a esas son las enzimas digestivas indicadas a veces a personas con problemas de la digestión.
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